Cada año la población se une para llevar a cabo una tradición proveniente de una alegoría al pasaje bíblico del Evangelio de San Lucas, en el que se narra como se pierde Jesús, de 12 años y sus padres angustiados lo buscan hasta que al tercer día lo encuentra en los doctores, en el Templo de Salomón. Es por esto que cada 7 de diciembre las calles de Tuxpan se iluminan por cientos y cientos de velas que adornan las aceras de las calles, bardas, banquetas, todo con el propósito de alumbrar el camino del niño Dios.
No obstante, también hay quienes piensan que las velas encendidas sirven para encontrar a los niños extraviados, ayudarlos a regresar a casa, así como sucedió con el Niño Jesús.
En Tuxpan, se colocan las velas desde el “Callejón del Niño Perdido” en el centro de la ciudad, a partir de aquí se encienden las primeras velitas a los pies de la escultura dedicada a esta festividad.
Esta tradición tuxpeña, puede rastrearse hasta el siglo XVIII, como parte de las tareas de evangelización que llevó a cabo el fraile Junípero de Serra, basándose en el pasaje mencionado por San Lucas.
El día del Niño perdido es generalmente celebrado en el norte del estado de Veracruz, principalmente en los municipios de Tuxpan, Cerro Azul y Poza Rica e incluso ha llegado en algunas zonas de la capital del país, donde se celebra en uno de los barrios más céntricos, gracias a los habitantes con origen en alguno de los municipios del norte de Veracruz y que no han querido olvidar la tradición. En Xalapa, el iluminado de las calles se hace en el barrio del Dique, desde la calle Venustiano Carranza hasta el Parque Juárez, en el centro de la ciudad, por lo que se reconoce el ánimo de preservar la tradición, sin importar el lugar donde se encuentre el veracruzano.
No obstante, también hay quienes piensan que las velas encendidas sirven para encontrar a los niños extraviados, ayudarlos a regresar a casa, así como sucedió con el Niño Jesús.
En Tuxpan, se colocan las velas desde el “Callejón del Niño Perdido” en el centro de la ciudad, a partir de aquí se encienden las primeras velitas a los pies de la escultura dedicada a esta festividad.
Esta tradición tuxpeña, puede rastrearse hasta el siglo XVIII, como parte de las tareas de evangelización que llevó a cabo el fraile Junípero de Serra, basándose en el pasaje mencionado por San Lucas.
El día del Niño perdido es generalmente celebrado en el norte del estado de Veracruz, principalmente en los municipios de Tuxpan, Cerro Azul y Poza Rica e incluso ha llegado en algunas zonas de la capital del país, donde se celebra en uno de los barrios más céntricos, gracias a los habitantes con origen en alguno de los municipios del norte de Veracruz y que no han querido olvidar la tradición. En Xalapa, el iluminado de las calles se hace en el barrio del Dique, desde la calle Venustiano Carranza hasta el Parque Juárez, en el centro de la ciudad, por lo que se reconoce el ánimo de preservar la tradición, sin importar el lugar donde se encuentre el veracruzano.
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